Pero no todo lo que brilla es oro. En Rudolstadt, Alemania, un hombre siguió al pie de la letra las instrucciones que le dictaba su GPS y al escuchar "doble a la derecha" fue a parar a una cabina de baño químico.
El auto acabó en una obra en construcción, atravezando el lugar y subiendo una escalera para terminar sobre el sanitario que gracias a Dios no estaba "ocupado".
vía autoblog
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